Un inusual exito acapara la Formula 1 en México
Por Enrique Kogan
El gran premio de Fórmula Uno llegó a un alcance de 3,4 millones de televidentes, y fue impulsado por el regreso del gran premio a México, después de un paréntesis de 23 años.
La Fórmula Uno en México tuvo aumentos de hasta el 500 por ciento en el número de televidentes, algo inusual para el país.
Los resultados reivindican al director ejecutivo de la F1, Bernie Ecclestone, el plan de regresar a México, que a veces es criticado por llevar la serie a nuevos mercados a pesar de que esos países no tienen un gran patrimonio automovilismo.
El calendario de la F1 es una mezcla de razas y de nuevos mercados como Azerbaiyán, que se está añadiendo a este año no tradicional.
Bernie Ecclestone dijo que el Gran Premio de México “fue uno de los grandes premios de mayor asistencia que ha visto”, con cifras oficiales de la asistencia de público en la carrera en más de 130.000 aficionados.
Para publicitar la carrera se colgaron pancartas y publicidad de la cerrera por toda la Ciudad de México, y en los caminos que conducían hacia el autódromo “Hermanos Rodríguez”.
Los socios de Ecclestone en México fueron los empresarios Tavo Hellmund y Alejandro Soberón, presidente ejecutivo de la compañía de entretenimiento en vivo CIE.
Juntos han logrado no sólo poner en un evento principal que promueve a México para el mundo, sino que también promueve la F1 para el país.
Televisa mostró el evento en vivo, llegando a 3,4 millones de personas, con el aumento del 500% de audiencia, siendo claramente la carrera más vista del año.
La selección estratégica de la F1, los organismos de radiodifusión y la aceleración de la popularidad de este deporte, dio una serie de ganancias en los mercados claves, como lo fue México.
A diferencia de México, en los Estados Unidos, donde la F1 es transmitido solo por la NBC Sports, su alcance total de la temporada se redujo un 9,5% desde 12,6 millones en 2014 a 11.4 millones, lo que equivale a sólo el 4% de la población de TV en el país.
Los autos y el automovilismo siempre fueron una pasión para los Latinoamericanos, no solo mexicanos, pero cuando llegan a Estados Unidos esa pasión se apaga. El trabajo, los créditos, los problemas, y una vida más agitada, alejan a los consumidores de sus pasiones.